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lunes, 19 de noviembre de 2012

CAPITULO 5


- NARRA HAYLEEN –

- ¿Tan rápido ha oscurecido? - Dijo Andy al mirar la ventana.
- ¿ya es tarde no lo crees?. -
- Mirándote tocar el violín de verdad que el tiempo ni siquiera lo sentí. – Escucharlo decir eso realmente me hizo sentir apenada pero en parte me alago.
- Solo trataba de pensar en algo mientras Luu vuelve – Sonreí.
- No te preocupes esta con Bill.  – Su expresión era segura y despreocupada mientras que la mía se lleno de inquietud
- ¿Como que esta con Bill? Como lo sabes. –
- Bueno… debe estarlo es decir… no creo que no la haya encontrado aun. -  Lo mire extrañada pero el no dejaba de sonreírme.
- Claro. – Agache la mirada.
- Hayleen hay una canción que me gusta mucho… humm no recuerdo el nombre pero la tocaba un hombre ¿“Kogan”?…
-  ¿Leonid Borisovich Kogan?. Me miro con sorpresa.
- ¡wow! Su nombre es todo un trabalenguas ¿como es que lo sabes? -
- Me encanta el violín… y el fue un gran violinista,  por supuesto que se su nombre. – Sonreía encantada mirando mi violín.
- Claro es de esperarse… -
- Si quieres… investigas el nombre de la melodía y me dices. Yo con gusto la tocare para ti – Me levante del asiento en el que me encontraba para dejar mi violín descansar.
- Seria un honor escucharte. –  Se acerco a mí y acaricio mi cabello.

- NARRA LUU -

- ¡Oye! – Toque bruscamente el brazo de Bill y esté se detuvo. – No recuerdo que me haya tomado tanto tiempo llegar hasta aquí. –
- Ya casi llegamos. –
- ¡Dijiste eso hace 2 horas!. –
- Bueno, ya falta menos que antes. – Sonrió burlonamente.
- ¡Basta!. –
- Si quieres puedo dejarte aquí…- Miro como quien se siente observado y luego me susurro.  - En la obscuridad. –  Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo.
- ¡No te atrevas! Si me ibas a dejar abandonada al menos debiste dejarme cuando aun el sol iluminaba el cielo –  Le reproche.
- Así que… ¿si le tienes miedo a la obscuridad? –
- Por supuesto que no… es solo que… -
- ¿Que? – Se acerco a mi interesado.
- ¡Nada!  - No le diré que estaba asustada por lo que vi, de seguro se reiría de mi.

Lo mire con enojo y continúe caminando a la par suya, mis piernas me estaban matando, me dolían horriblemente  y él… él parecía no afectarle caminada como si nada, yo estaba muy cansada y de pronto la bolsa que sostenía pareció volverse mas pesada; ¡quería arrojarla! Dejarla ahí tirada, ya compraría otro abrigo después pero ¿que le pasa a el? Como es que deja que una señorita cargue una bolsa pesada y la hace caminar tanto ¿Qué clase de caballero es ese?

- Estas muy callada ¿te pasa algo? – De pronto rompió el hielo.
- Nada, es solo que… - Eso es, ahora que suena amable es mi oportunidad de hacer que cargue mi bolsa. – Bueno… hemos caminado por mucho tiempo y estoy cansada. –
- Sabes… yo también me siento algo cansado… es una pena que tengas que aguantar esa bolsa hasta que lleguemos, y caminar con esos zapatos también debe ser cansado.-
- Lo es. – Le dije. Me sonrió y continúo caminando. - ¿No vas a ayudarme? –
- ¿Quién yo? – Se hacia el tonto.
- Ni modos que quien – Lo fulmine con la mirada.
- Para nada…  cárgala tú – hizo un gesto como que diciendo “por tonta” lo cual me estreso.
- ¡Eres un patán! –
- ¡y tu eres una chiquilla! –
- ¡no eres nada caballeroso! –
- ¡Te ofrecí cargar la bolsa antes y no quisiste! – 
- ¡Pero…! ¡Jush! – No sabia que decir… ¡el realmente me enfada!
- Mejor apurarnos a llegar. – Comenzó a caminar más rápido con gesto de disgusto.
- ¡Oye esperame! – Eche a correr de tras de el.

- NARRA ANDY - 

Escuchar el violín ha sido realmente hermoso y relajante pero al parecer una llamada de la madre de Luu fue la que interrumpió ya ha pasado una hora desde que nos habíamos sentado a tomar una tasa de té… Hayleen entro a su habitación para continuar con la llamada  y luego… el sonido de la puerta.

- ¡No puedo creer que seas tan grosero! –
- ¡y tu una ingrata! –
- ¡ya vete! – Le grito Luu a Bill mientras dejaba caer su bolsa en el suelo.
- ¡Mal agradecida! –
- ¡Patán! –
- ¡Chiquilla! –
- Y… ¿están peleando otra vez? – Me atreví a hablar. Amos voltearon a verme…  Luu tenía cara de sorpresa y Bill… bueno, él ya sabia que yo estaba aquí.
- ¿Andy…? ¿Donde esta Hayleen? – Bill entro y cerró la puerta.
- En su habitación -  Respondí su pregunta.  Me acerque hacia ella ignorando a Bill por completo, extendí mi mano y acaricie su mejilla; se sonrojo de inmediato y aunque no me decía nada sabia que la hacia sentir mejor.
- ¿Pero… que esta haciendo en la habitación si tu estas aquí? – Baje mi mano y suspire.
- Parece que la llamo alguien… - Sin mirarme se dirigió hacia la puerta cerrada, la abrió apunto de  chocar con Hayleen quien ya venia hacia afuera.
- ¡oh! Luu… ya llegaste – Bill y yo observamos en silencio como Hayleen abrazaba a Luu aliviada.
- ¿Quien llamo? –
- No era nadie Luu. –
- ¿Me prestas tu teléfono? – Hayleen se lo extendió obediente, el tono de voz de las últimas palabras de Luu era vacío. Miro la pantalla del celular, se lo extendió de regreso a Hayleen y luego se dirigió al cuarto en donde yacía ese hermoso piano.
- Luu espera… - Entro y cerró la puerta.
- ¿Era alguno de sus padres? – Pregunto Bill quien había estado callado observando.
- Amm… - Por la expresión de Hayleen Bill acertó pero ¿como lo supo él? Voltee a mirarlo con dudas revoloteando por toda mi cabeza.
- Creo que es así. – Decidido… Bill camino hacia donde Luu había entrado.
- No la molestes… no se llevan bien y tu presencia podría incomodarle… – Respondió rápidamente Hayleen  y Bill se detuvo pero no precisamente por lo que Hayleen dijo…



- Otra vez esa canción… - Dijo Hayleen llevando las manos a sus ojos y de pronto esas notas parecían transmitir tanta tristeza que incluso sentí como un frio recorría mi espalda mientras Bill yacía inerte a poco espacio de la puerta
- ¿Hayleen? – La llame.
- Creo que es mejor que se vayan – levanto la mirada con los ojos cristalizados.
- Si, eso haremos… vámonos Bill.- Me despedí de ella con un beso en la mejilla y Bill igualmente, ambos salimos en silencio. Caminamos unos cuantos pasos y nos detuvimos, esa melodía triste aun podíamos escucharla.
- ¿Por qué te detienes? –
- Nos vamos a quedar… Algo anda rondando a Hayleen – Le dije seriamente.
- No solo a Hayleen una de esas asquerosas criaturas estaba cerca de Luu hoy –
- Un… -
- Si esas porquerías… - Dijo con desprecio. Hace algunos años Bill tuvo un altercado con los nomos y desde entonces les tiene cierto odio. 
- Pero ellos no le harán daño –
- ¡Pero no están siendo cuidadosos! Luu lo vio y se asusto –
- como que… ¿lo vio? –
- Bueno no directamente, solo su sombra –
- Puede pensar que lo imagino –
- Eso si – Nos quedamos en silencio aun escuchando la melodía que Luu no dejaba de tocar, nuestros agudos oídos nos permitían escuchar con la mayor claridad.
- Bill… ¿como supiste que era alguno de sus padres? –
- No lo se… solo lo intuí porque antes de que la encontrara hablaba por teléfono con ellos… su relación no parece buena ya que al terminar comenzó a llorar –
- Parece afectarle mucho – Dije con tristeza.
- Y… ¿que esta rondando ahí dentro? –
- No lo se… por eso vamos a quedarnos… -
- ¿Qué es lo que te preocupa? –
- Que sea grande… -

- NARRA HAYLEEN -

- Luu… ¿puedo pasar? –

Me sentía muy triste pero… no se me ocurrió una excusa mejor, no debí darle el teléfono… cualquier mentira es mejor a verla así, no me gusta esa canción; trasmite toda la tristeza que siente, expresa su dolor y lo lamentable que es no poder hacer nada para cambiar las cosas. Cualquier canción es mejor a esa. A veces me pregunto; ¿que seria de Luu si yo no hubiera llegado a su vida?, estaría tan sola y con los padres que tiene. “Pídele que no llame mas a ti te hará caso” por mas que trate de convencerla su mama no quiso hablar con ella y por muy ocupados que estén creo que al menos deberían ser considerados en como se siente Luu yo puedo aguantarlo porque al fin y al cabo no son mis padres pero Luu los ama y yo la amo a ella por esto me duele verla tan triste.

- Luu… ¿puedo pasar? – Es la segunda vez que pregunto y no me contesta… quizás el ruido del piano… - ¡oh!- se detuvo.  – ¿Luu? – Un sonido y luego la puerta se abrió.
- Hayleen… - Sus ojos estaban todos rojos por las lagrimas me abrazo y yo le abrace.
- Luu si quieres llorar e incluso gritar… hazlo –
- ¿Por qué no me quieren Hayleen? –
- Si te quieren es solo que están muy ocupados –
- ¿que te dijo madre? –
- Amm… pues eso… que la disculparas pero estaban ocupados –
- ¿porque no me lo dijo a mi? Al menos para escucharla – Su voz disminuía con cada palabra y así mismo sentía como mi hombro se mojaba poco a poco.
- Yo estoy contigo… -

Lloro por un momento mas y luego me pidió tocáramos juntas una melodía


Igualmente la manera en como tocaba el piano me parecía triste… pero esta vez al menos yo la acompañaba, no estaba sola y eso quería, quería hacerle saber que estoy con ella y no es su culpa la falta de atención de sus padres.
Al terminar estábamos en su habitación… veíamos la tele mientras se quedaba dormida…

- Hayleen…  ¿me haces piojito? –
- jaja claro – Una ocasión cuando nuestros  “padres” organizaron una fiesta para presentar a su hija ante la sociedad de ricos como una adulta. Al volver  madre nos llevo a casa y en la limosina  durante  trayecto Luu se recostó en madre y ella comenzó a rascar su cabeza hasta que se quedo dormida. Desde entonces cuando esta triste le gusta que haga lo mismo hasta que duerme… quizás recuerda esa ocasión y por ello se tranquiliza.  

- NARRA LUU –

Ya había amanecido, comencé a abrir mis ojos lentamente… me dolían debido a la luz que entraba por la ventana, cuando mi vista se aclaro vi a Hayleen dormida justo a mi lado… debe ser difícil para ella aguantarme pero no pude evitar derrumbarme ayer… iba a enderezarme cuando note que nuestras manos se hallaban entrelazadas. Que ironía, prometí cuidarla desde el incidente y resulta que ella me cuida a mi, soy una mala hermana. Lo menos que puedo hacer es no despertarla, esperare un poco más antes de levantarme.

- NARRA ANDY –

Estábamos sentados observando el departamento a unos cuantos metros de distancia, la chicas que pasaban nos sonreían y podía notar como Bill les  guiñaba el ojo; seguro esta hambriento… y no lo culpo no hemos comido  en días y la desabrida comida humana simplemente no se compara. De pronto se levanto del lugar donde nos hallábamos y comenzó a caminar.

- Bill… ¿A dónde vas? –
- Estoy aburrido… en toda la noche no vi nada extraño así que iré a tocar… -
- ¿Vas a ir a molestar tan rápido?  - 
- Tu puedes seguirle acariciando la mejilla yo voy a platicar con Hayleen. –
- Espérame. – Lo seguí, tocamos la puerta y nadie abría. – Deben seguir durmiendo. -
- Tocare de nuevo. – Bill toco y luego de esperar un rato Hayleen abrió, estaba un poco despeinada, al parecer la habíamos despertado.
- Hola… ¿que hacen por aquí tan temprano? – Nos miro con una sonrisa.
- Son las 10am – Contesto Bill.
- Quizás no es tan temprano – Sonrió avergonzada.
- Perdón si te despertamos – Me disculpe.
- No se preocupen, ¿quieren pasar? –
- Claro – Respondió Bill…  entramos y el se sentó muy a gusto en el sofá, yo lo mire y el solo me ignoro.
- ¿Donde esta Luu? ¿Sigue dormida? –
- Pues no, de hecho despertamos temprano, solo que no nos habíamos levantado. –
- Eso quiere decir…- La mire esperando que completara la frase.
- Que no quiere salir de la cama. –
- ¿Puedo saludarla? –
- Claro, le alegrara verte. –
- Entonces te dejo con Bill… - Camine hacia la habitación que era de Luu; podía escucharla tararear, me detuve delante se su puerta y toque suavemente.
- Puedes pasar – Escuche su voz dulce al pensar quizás que era Hayleen quien tocaba. Entre y se encontraba tumbada en la cama cubierta por las cobijas, miraba en dirección contraria a la puerta y su cabeza reposaba sobre sus delicadas manos. Me acerque lentamente sin decir nada para lo cual antes de llegar giro inquieta ante mis sigilosos pasos.
- Andy… -  Termine de acercarme con una sonrisa, me senté en la orilla de la cama para poder hablar con ella.  
- ¿Dormiste bien? – Le dije mientras haciendo caso a lo que Bill menciono, acercaba mi mano hacia su mejilla.
- Si. –
- ¿Por qué no te quieres levantar? – Esta vez acomode los cabellos sueltos detrás de su pequeña oreja.
- No tengo muchas ganas. –
- Es una pena porque quería que conocieran un lugar… supongo que si no vas Hayleen no aceptara venir.-
- Hayleen ama conocer nuevos lugares –
- Y… ¿a ti que es lo que más te gusta? –
- Pues… - Se quedo pensativa y finalmente respondió. - Me gusta tocar el piano –
- Como a Hayleen el violín pero  me refiero a tu pasión –
- creo que… supongo… no tengo una, he vivido preocupada por la atención de mis padres que me olvide de mi.-  Pude notar como apretujaba los diente para evitar que sus lagrimas salieran.
- Todo está bien – continúe acariciando su cabello para tranquilizarla.

- NARRA HAYLEEN –

Hacia rato que Andy había entrado al cuarto de Luu mientras yo comencé a platicar con Bill sin darme cuenta comencé a hablarle de Luu y por alguna razón llego a mi cabeza  el día en que la conocí…

- Sabes Bill… me siento muy feliz de haber conocido a Luu. La verdad es que estamos registradas como hermanas porque sus padres me adoptaron, somos hermanas adoptivas  –
- ¿y porque no se llaman hermanas? –
- Las hermanas pelean y tienden a ser envidiosas… mientras que las amigas… creo que se procuran más.-
- Sus padres… no pasan mucho tiempo con ustedes verdad –
- No… pero…que bueno que vinieron así al menos se distrae. –
- ya que te gusta conocer lugares iremos a uno nuevo… y llevaremos a Luu -
- ¿de verdad? –
- Si claro.-
- ¿A que se deben las sonrisas? –  Andy apareció de la nada.
- Le decía a Rubí que saldremos a pasear –
- ¡oh! Que bien porque Luu se esta cambiando ahora mismo –
- ¿Enserio? – Me sorprendió que la convenciera de levantarse tan rápido ya que cuando se deprime así suele pasar casi todo el día hasta que al fin la convenzo de salir.
- Bueno… tu ve a peinarte – Bill me sonrió amablemente mientras  revoloteaba un poco mi cabello.
- Bueno, bueno pero ya no me despeines más… - Me levante entusiasmada y me dirigí a mi habitación.

- NARRA BILL -

Desde que llegue y me tumbe en el sofá tuve una extraña sensación, no parece maligna pero me inquieta. Andy tiene razón aquí hay algo que se esta escondiendo; cierro los ojos y percibo el olor a hierva húmeda, quizás es alguna criatura perdida que llego aquí por casualidad y usualmente los humanos no ven ni escuchan porque simplemente no quieren hacerlo. El caso de ellas es diferente. Hayleen se levanto y ahora estamos solo Andy y yo en esa habitación.

- ¿Que piensas? – Mire a Andy dándole la razón.
- Dijiste que… ¿era grande? –
- Es lo que creo –
- ¿Porque llegaste a esas conclusiones? – Titubeo un poco y luego respondió.
- Porque… lo escuche tocando el piano –
- ¿Es decir que estaba dentro de esa habitación? –  Me levante sobresaltado.
- Si pero ya debió irse, entre y ya no estaba –
- Iré a revisar… -
Camine hacia aquella puerta cerrada, podía sentir la mirada de Andy siguiéndome. Cerré los ojos para tratar de escuchar mejor; unas pisadas ligeras resonaban en la habitación de Luu, otras en la de Hayleen, finalmente delante de mí y estas eran distintas.
- Se lo que es… - Mire Andy y luego en un solo movimiento gire la perilla para tratar de abrir y la sorpresa que me lleve fue…

Solo espero que hayan escuchado esas hermosas melodias y les hayan gustado

1 comentario:

  1. que sera eso que Bill vio?
    Dios suban pronto chicas. . .
    Cuidense y un abrazo :D

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