El viento era tan gélido, todo se encontraba
inmerso en un mar absoluto de obscuridad, corríamos tomadas de la mano ¿miedo?
A ser atrapadas quizá, pero… ¿Por qué, cual era el motivo? Solo seguíamos
corriendo viendo pasar aquellos abrumadores arboles ya sin hojas los cuales
parecían sacados de una historia de terror - ¡cuidado! - grite al ver aparecer
de la nada a aquella criatura irreal, comenzó a correr detrás de nosotras,
poseía un cuerpo bastante robusto y una apariencia agresiva al cual le
acompañaba una bestia peluda a cuatro patas de colmillos afilados y hocico
babeante – ¡no te detengas! – repetí mientras
mis propias esperanzas se desvanecían, comenzaba a hiperventilar, el olor del
bosque húmedo me asfixiaba, cuando de pronto apareció esa voz… aquella voz nos
decía que todo estaría bien y de ella nos sujetamos para seguir huyendo.
La obscuridad comenzó a tomar forma delante
de nosotras en lo que parecía un especie de túnel que ahora conducía a una
salida, el pasto seco resonaba a medida que nuestros pasos se aceleraban -
¿Quiénes son ellos? Nos preguntábamos, aquellos dos jóvenes que se hallaban
lustrados frente a nosotras de una belleza sumamente ¡imposible! No sabía si
ellos querían realmente ayudarnos o solo seria una trampa, pero lo que si sabía
es que ellos eran lo más aproximado a nuestro mundo humano y los únicos que se
hallaban a la salida de aquella negrura.
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